En esta ocasión, queridas, y para cerrar el mes, no venimos a hablaros de una mujer en concreto, sino que venimos a nombrar lo colectivo.
Como ocurre en tantísimos trabajos del campo, en muchas de las grandes plantaciones de té, las manos que trabajan la tierra son manos de mujer. Son las mujeres las que pasan largas jornadas recogiendo sólo las hojas verdes y tiernas de cada planta. Sus manos son expertas: solamente con el tacto pueden saber qué hoja está a punto para ser recogida y cuál debe esperar.
En algunas de estas plantaciones, cada una de ellas recoge aproximadamente 30 kilos de té al día.
Por supuesto, el trabajo en el campo siempre es un trabajo duro, pero queríamos aprovechar la ocasión para mencionar a esas mujeres, a las jornaleras, a las temporeras (la mayoría mujeres racializadas y en situación de vulnerabilidad), a las trabajadoras del campo de todo el mundo, que trabajan en condiciones infrahumanas en muchísimos casos, cuyos derechos humanos básicos se incumplen de manera categórica.
No olvidemos los cuidados y a las que cuidan: de la tierra y de las personas. No olvidemos que cada cosa de la que disfrutamos suele venir del esfuerzo de otras. Agradezcamos, recordemos y nombremos.
Con esto volvemos (por ahora) a nuestra "programación habitual", indagando y tratando de guiaros por el mundo del té, el mate y otras plantas. Seguiremos, en cualquier caso, escuchando, leyendo, hablando, y viendo las distintas realidades que nos rodean, y os invitamos, entre taza y taza, a hacer lo mismo 💜✨
"¿Cómo se escribe sobre lo que no se valora? ¿Cómo sacar de la sombra lo que se arrincona y se deja allí como algo normal? ¿Cómo reescribirlas? ¿Cómo devolverles la voz y la palabra que siempre han tenido pero que no ha sido escuchada ni tenida en cuenta? ¿Cómo involucrarlas en nuestras historias si en nuestro lenguaje y nuestra narrativa no han tenido cabida como protagonistas nunca?", María Sánchez, Tierra de mujeres.
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